De guerrillero a dictador Rafael Cienfuegos Calderón En los albores del Siglo XXI somos testigos (mudos) de una realidad que creía estaba superada: el ejercicio de la brutalidad de las fuerzas armadas de un gobierno contra su pueblo para mantenerse y perpetuarse en el poder, como ocurrió el siglo pasado en países de Centro y Suramérica. La represión que ocurre en Nicaragua contra la población a partir de abril del presente año –que a pesar de la desaprobación y repulsa internacional no se detiene- me provoca náuseas, decepción, tristeza y resentimiento. ¿Por qué ese estado de ánimo? Porque el triunfo de la insurrección popular sobre el somocismo abrió la posibilidad de que las dictaduras de otros países de la región cayeran, porque puso al descubierto los profundos nexos económicos, políticos, militares, culturales y raciales que existen entre los pobladores de unos y otros, y porque como muchos de mi generación universitaria que admirábamos a Fidel Castro, jefe de la guerrilla cubana, pensé que Daniel Ortega haría de Nicaragua un país libre, democrático y que desterraría al gobierno burgués pro imperialista. Recuerdo haber leído que a pocas semanas de la victoria revolucionarla del 19 de Julio de 1979 cayó la dictadura en El Salvador, producto del poderoso ascenso obrero y popular mediante un frágil y efímero gobierno “cívico militar”. Y que la heroica guerrilla de Guatemala aumentó sus operativos militares contra la dictadura. Por todos lados los trabajadores y estudiantes centroamericanos intentaron seguir el ejemplo de la revolución triunfante en Nicaragua. Además, que la vigorosa influencia de la revolución reabrió una vieja discusión, sobre si es cierto o no que los cinco países centroamericanos constituyen, en realidad, una nacionalidad, artificialmente dividida en pequeñas repúblicas por el naciente imperialismo norteamericano y el colonialismo inglés en el año 1840, fecha en que fue disuelta la República Federada Centroamericana. Desde entonces la historia registró la incapacidad de las clases dominantes de la época, oligarcas y burgueses, para realizar la tarea democrática más elemental: auto determinarse como nación ante la voracidad del imperialismo norteamericano e inglés. También me invade el resentimiento porque tengo muy viva en la mente una anécdota (que ahora comparto) de cuando era estudiante de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México. En el octavo semestre escogí como materia optativa el Taller de Prácticas Periodísticas I y II, que impartía los viernes –el horario de clases en la facultad era de lunes a jueves en ese 1978- el gran periodista Julio Scherer García, director de la revista Proceso. Las tres horas de clase, valga decir, eran intensas por la dinámica que imprimía. En ella se analizaban desde un punto de vista periodístico los hechos políticos recién ocurridos en México –la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968 en la plaza de Tlatelolco, y el Halconazo el 10 de junio de 1971 en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás del Politécnico-, el autoritarismo gubernamental, la persecución y encarcelamiento de los enemigos del gobierno y del PRI, y las dictaduras en varios países de América Latina. Scherer García nos pidió que escribiéramos la entrada de una nota informativa sobre un hecho insólito y contundente, cuyo impacto provocará conmoción. Tienen diez minutos –precisó-. En ese tiempo junto con dos buenos compañeros y amigos y una buena compañera y amiga, ya trabajaba como reportero en un periódico que circulaba en el Estado de México y que tenían su residencia en Ciudad Nezahualcóyotl, propiedad de la cadena del Diario de México. Era la escuela práctica, porque toda la información la obtenía de entrevistas. No había oficinas de Comunicación Social y, por tanto, no había boletines oficiales de prensa. En fin… Retomando la anécdota, lo que quiero referir es que con la práctica del reporteo aprendí a evaluar la información y a determinar cuál es la que da la nota, la más importante y relevante, y, de ahí, darle la redacción adecuada para obtener el resultado que se busca: crear una noticia de impacto. Pero lo que pedía Don Julio era algo insólito, que yo interprete como algo absurdo y extraordinario a la vez. Mis cavilaciones me llevaron a idear la muerte del general represivo, asesino y dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza Debayle, pero no a mano de los guerrilleros que lo combatieron, pues eso no sería insólito. ¿Qué tal de un paro cardiaco? –me pregunté mentalmente. Pero ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? y ¿Por qué? Lo que resultó y redacté fue lo siguiente. El general Anastasio Somoza, presidente de Nicaragua, murió ayer a las 22:17 horas, víctima de un paro cardiaco, cuando nadaba en la piscina de su residencia. Del suceso se percataron sus guardaespaldas, al notar que el cuerpo dejo de tener movimiento. En lo personal me pareció muy buena la entrada de la supuesta nota informativa por el personaje que escogí y el impacto que tendría el acontecimiento, no obstante lo inverosímil del hecho, empero la lectura del trabajo de otros compañeros y la falta de tiempo, impidieron que se conociera en la clase lo que redacté. Más tarde, instalados en el “Jardín de los Cervezos” y comentando, como acostumbrábamos hacer, los acontecimientos de cada sesión con Don Julio, hice la lectura del párrafo y recibí felicitaciones. Por lo anterior es que me indigna lo que ocurre al pueblo de Nicaragua, me decepciona el cambio radical de Daniel Ortega, de guerrillero libertador a dictador y asesino, y me entristece que el anhelo de democracia por el que lucharon por años esté proscrito. Las protestas que iniciaron por las reformas a la seguridad social han derivado en el asesinato de cientos de personas y en más de un millar de heridos. El 22 de abril el presidente Daniel Ortega revocó las reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social. Vueltas que da la vida. El otrora guerrillero que junto con miles de nicaragüenses luchara para liberar a la nación y su gente del yogo de Anastasio Somoza, a quien derrocaron en 1979, se convirtió en la peor imagen del dictador al que combatió. Ortega es hoy el tirano que reprime, asesina e impone su ley por la vía de las armas, el enemigo de la democracia que encarcela a todo aquel que osa manifestarse en contra de sus dictados y abusos de poder. El actual presidente de Nicaragua ejerció su primer mandato de 1979 a 1990 y retomó la presidencia el 10 de enero de 2007, en la que permanece hasta ahora y que espera dejar en manos de su esposa Rosario Murillo, actual vicepresidenta, en el 2021 Es, además, el líder del partido político Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido acusado de cometer múltiples fraudes electorales por tener secuestrados los órganos electorales del país. Antes de que fuera derrocado, como militante sandinista Daniel Ortega realizó varias actividades contra Anastasio Somoza Debayle. En 1967 fue detenido por participar en el asalto a un banco (el botín sería empleado para financiar las acciones de la subversión) siendo acusado de robo con intimidación, pasando 7 años en la cárcel, hasta ser liberado junto a otros presos del FSLN en un intercambio por altos funcionarios del gobierno de Somoza, tomados como rehenes por un comando armado. La derrota de la dictadura que la familia Somoza mantenía en el país con el apoyo de Estados Unidos desde 1934, representó el ascenso de Ortega como miembro del directorio del FSLN que se hizo cargo del gobierno, lo que lo obsesionó con el poder. Esto lo explica el hecho de que tras perder la presidencia en 1990,en las subsecuentes de 1996 y 2001no dejó de participar, y después de ambas derrotas, es en 2006, el 5 de noviembre, cuando gana y es reelecto en 2011 y 2016. En su primer periodo fue presidente once años, y en el segundo ya lleva 11 años, que se prolongará al 2021. Ortega y su esposa han decidido acallar las manifestaciones con represión pues consideran terroristas a quienes participan en ellas sin portar arma alguna. En tanto, la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista, aprobó una ley de condena de 15 a 29 años de cárcel a quienes sean acusados de terroristas. A mi parecer, esto aquí y en China es simple y sencillamente una cacería de brujas. A pesar de que la represión, los encarcelamientos y asesinatos son evidentes como la antidemocracia de Ortega, en la entrevista que concedió a la cadena estadounidense Fox News y que fue difundida el lunes 23 de julio, Daniel Ortega, dio muestras de cinismo al negar la masacre que comete su gobierno y dijo que cumpliría su mandato hasta 2021, rechazando la posibilidad de elecciones adelantadas. Ortega desoye las protestas internas y las voces de respetadas organizaciones internacionales como la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Alto Comisionado de los Derechos Humanos, el Vaticano. Ante ello hay quienes piensan que es momento de activar los mecanismos establecidos en la misma OEA e ir buscando otras vías alternativas en los instrumentos que establece el sistema internacional de defensa de los derechos humanos, en el Alto Comisionado y eventualmente en la Corte Penal Internacional. Como corresponde, el gobierno mexicano expresó el 12 de julio su preocupación por la situación en Nicaragua y llamó al "cese inmediato" de la violencia, intimidación o amenaza, tras las últimas protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, que ha cobrado ya decenas de vidas humanas. Pero nosotros como sociedad no hemos hecho nada -salvo, quizá, si estamos informados de lo que a diario está padeciendo el pueblo nicaragüense-, más que lamentar el abuso de autoridad y la brutal represión. No ha habido convocatoria para concentrarse en la Embajada de Nicaragua y protestar por el genocidio. No ha habido marchas del Ángel de la Independencia al Zócalo para mentarle la madre a Daniel Ortega y lanzarle mueras a su gobierno. Hacemos oídos sordos y cerramos los ojos, como si reprimir y matar fuera algo que se pueda ignorar. Pero ¡claro! Hay que entender que no se trata del triunfo de la selección mexicana de futbol ante la escuadra de Alemania. Ni del favor que nos hizo Corea para que jugara su cuarto partido de la Copa del Mundo -que perdió ante Brasil-, que motivo una bullanguera concentración ante la embajada del país asiático y dio origen a la expresión de “Coreano, hermano, ya eres mexicano”.
0 Comments
El alegato contra el Instituto Nacional Electoral por la multa de 197 millones de pesos a Morena por presuntas irregularidades en el Fideicomiso corresponde a su dirigencia, que es la que debe presentar pruebas de que no incurrió en delito alguno. Empero el Presidente de la República electo lo hizo suyo, lo tomó como una afrenta personal, y volvió a las descalificaciones coléricas. En sus redes sociales calificó la multa como “una vil venganza”. ¿De quién? ¿Del INE, que como máxima autoridad electoral avaló su triunfo contundente e irrebatible? Negó que haya irregularidad alguna en el fideicomiso que, de acuerdo con el presidente de la Comisión de Fiscalización del INE, recaudó 78.8 millones de pesos. Arengó que “nosotros no somos corruptos ni cometimos ilegalidad”. Afirmó que no existe ningún acto inmoral con el fideicomiso a damnificados por el sismo. Acusó que con esta medida del instituto electoral sólo se pretende enlodar una acción humanitaria. Y anunció que irá –como ya lo hizo- a tribunales. ¿Por qué lo hace él y en calidad de qué? ¿De presidente electo o de fundador y ex dirigente de Morena? Mejor haría en dejar en manos de Yeidckol Polevnsky el asunto y que se dedique a los asuntos relacionados con el proceso de transición. Pero no obstante que esto último es realmente importante para que el inicio de su gobierno esté libre de obstáculos, para López Obrador resulta imposible sustraerse de todo lo que estime es un ataque contra su organización política, sus aliados, sus próximos empleados de gabinete, sus senadores, diputados federales y locales, sus gobernadores y sus presidentes municipales. Estar en todo, tener el control y manejar las cosas a su estilo, es parte de su esencia.
FRAUDE.- Los partidos políticos no son parte de la beneficencia, buscan el poder político, por lo que llevar dinero o cualquier material a la gente se considera una dádiva y está prohibido por Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales. Sin embargo, Morena constituyó y sus dirigentes operaron de manera directa un fideicomiso en el que 49 de los 58 aportantes son sus legisladores. Esto tiene nombre: fraude a la ley, y el fraude siempre implica dolo: Ciro Murayama, presidente de la Comisión de Fiscalización del INE. REGISTRO.- Lo que el Partido Encuentro Social no logró en las urnas (3% de votos requeridos para conservar el registro) pese a haberse colgado de la candidatura de López Obrador, lo pretende conseguir en el Tribunal Electoral. Hugo Erik Flores Cervantes da un voto de confianza a esta autoridad, luego de que afirmó desconfía del Instituto Nacional Electoral porque está contabilizando mal los votos que su partido recibió. Sin, embargo, dijo, el PES ganó una gubernatura, alcaldías, regidurías y diputaciones federales y locales. SOSPECHA.- La resolución del Tribunal Electoral, sea a favor del INE y en contra de Morena o a favor de éste y en contra de aquel, no arrancará la sospecha de corrupción que sembró el manejo poco claro del fideicomiso que creó López Obrador para recolectar dinero y repartirlo a los damnificados del sismo. La intención fue buena, empero por desconocerse la procedencia de los millones de pesos que se depositaron y el destino del dinero que se retiró, es necesario que Morena y el próximo presidente transparenten las operaciones.
Una parte importante de la población aduce incumplimiento en el derecho a un trabajo bien remunerado, el de participar en la toma de las decisiones públicas, el de acceso a la seguridad social, el de recibir servicios de salud de calidad, el de tener educación de calidad, y el de contar con una alimentación adecuada. Por estos motivos hay insatisfacción con el desempeño del gobierno federal y una evaluación de malo a muy malo del trabajo de diputados y senadores. En campaña el presidente electo planteó que mejorará los programas de desarrollo social, que mal aplica el actual gobierno federal, como estrategia para alcanzar la justicia social y, como presidente electo, anunció que los adultos mayores recibirán dos mil 400 pesos bimestrales, las personas con alguna discapacidad dos mil 600, en tanto que los jóvenes tendrán becas de hasta tres mil 600 pesos. Su plan de desarrollo social costará 110 mil millones de pesos, casi nada comparado con los 500 mil millones que, dijo, roban los funcionarios corruptos. Y sobre los derechos sociales el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados realizó una encuesta nacional que permite conocer la percepción que sobre ellos tiene la población. Un 58.4% manifestó que no ha escuchado hablar de los mismos y 41% que sí, siendo los más conocidos el de educación (24%), la salud (23%), de acceso a la alimentación (13.6%), a seguridad social (9.9%), y a vivienda digna (9.7%). El cumplimiento de los mismos es una obligación del gobierno afirmó 85%, en tanto que (78%) opinó que los derechos que nunca o casi nunca se cumplen son: trabajo bien remunerado (78%), ser tomado en cuenta para la toma de decisiones públicas (72%), seguridad social (71%), acceso a servicios de salud de calidad (57%), educación de calidad (52%) y alimentación (49%). Las causas son la corrupción (35%), mala administración de los recursos (31%), y por mal gobierno (26%). Los derechos sociales son parte de la justicia social que proclama el próximo presidente y, por ello, es de suponerse que tendrán prioridad.
METAMORFOSIS.- Los otrora críticos acérrimos del presidente electo, hombres de poder económico que buscaron de diferentes maneras impedir su triunfo el 1 de julio, hoy se muestran solidarios, aceptan sus propuestas, y se comprometen a apoyarlas por el bien del país. No cabe duda. El interés tiene pies. Pero también hubo una transformación en quien dirigirá el próximo gobierno, pues lejos de repetirles que son ladrones y explotadores, los llamó a trabajar por un México de oportunidades y más igualitario. RECIPROCIDAD.- En su primer encuentro -previo a que se convierta en el ochentaicincoavo Presidente de la República- Andrés Manuel López Obrador y la Conferencia Nacional de Gobernadores -29 gobernadores y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México- llegaron a un importante acuerdo: caminar en bloque por la cuarta transformación de la República, y que no se condicionarán las transferencias de recursos federales a los estados. El presidente electo les dijo que no permitirá la corrupción ni la impunidad, trátese de quien se trate. RECORTES.- El plan ahorrativo del próximo gobierno, que incluirá un salario de solo 108 mil pesos mensuales para el próximo Jefe del Ejecutivo federal –Enrique Peña Nieto gana actualmente 270 mil pesos-, abarcará no únicamente a altos y medianos funcionarios de la administración pública, sino también a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a diputados y senadores. Sin embargo, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, nada ha dicho de recortar el financiamiento a los partidos políticos.
El Presidente de la República electo quedó a un paso de igualar a José López Portillo, quien en 1976 ganó los comicios en toda la geografía nacional por el hecho de que fue el único candidato registrado por el PRI, el (PPS) y el (PARM). En Guanajuato López Obrador obtuvo el porcentaje más bajo (30.2) y el ganador fue Ricardo Anaya, pues para el PAN el estado se convirtió en su semillero de votos a partir de que Vicente Fox fue gobernador en 1995 y posteriormente Presidente de la República en el 2000. La popularidad de López Obrador y lo exitosa que resultó su estrategia “antisistema” de campaña al evidenciar el fracaso del gobierno de Enrique Peña Nieto, la ofensiva corrupción, la amenazante inseguridad y la creciente violencia tuvieron eco entre los electores de los estados del norte donde el PRI y el PAN, de vieja tradición, fueron barridos por Morena, que se estrenó en su primera elección federal con un triunfo contundente. Otra victoria de AMLO-Morena fue quedarse con estados de la República considerados clave para quien aspire a la presidencia: Estado de México, la Ciudad de México, Veracruz y Jalisco porque en las elecciones del 2000, 2006 y 2012 concentraron más de 33% de los votos. Así es que gracias a su candidato y virtual presidente, Morena ganó territorio y es de esperarse que siendo gobierno apoyará a sus bases para que se fortalezcan de aquí al 2021, cuando habrán de celebrarse elecciones intermedias para renovar la Cámara de Diputados, elegir 10 gobernadores, así como congresos locales y presidencias municipales en 20 entidades.
BORRADO.- El gran perdedor en la contienda electoral de la Ciudad de México fue el Partido de la Revolución Democrática. Lo despojaron de la jefatura de Gobierno tras 20 años, de las delegaciones (próximamente alcandías) y de los escaños en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (que será Cámara de Diputados local). El PRD fue borrado del mapa por Morena, que se hizo del gobierno con Claudia Sheinbaum y once alcaldías: Álvaro Obregón (Layda Sansores), Azcapotzalco (Vidal Llerenas), Cuauhtémoc (Néstor Núñez), Guatavo A. Madero (Francisco Chiguill), Iztacalco (Armando Quintero), Iztapalapa (Clara Brugada), Magdalena Contreras (Patricia Ortiz Couturier, Miguel Hidalgo (Víctor Hugo Romo), Tláhuac (Raymundo Martínez), Tlalpan (Patricia Aceves), y Xochimilco (José Carlos Acosta). El PAN ganó Benito Juárez (Santiago Taboada), Coyoacán (Manuel Negrete) y Venustiano Carranza (Julio César Moreno); el PRI Cuajimalpa (Adrián Rubalcava). Milpa Alta esta por definirse. AMLO.- El reto del gobierno para dejar de comprar gasolinas en el extranjero y que así bajen los precios, será construir en tres años una gran refinería cuyo costo calculó será de ocho mil millones de dólares, o dos medianas; cuando tenga posibilidad y se den las condiciones va a buscar a José Antonio Meade y Ricardo Anaya para agradecerles que hayan reconocido su triunfo, y por no haberse “pasado de lanza” durante el proceso electoral; agradeció las muestras de apoyo de los ciudadanos e insistió en que no claudicará ni les fallara. “¡El pueblo y yo nos adoramos!, es amor recíproco, amor con amor se paga, así es con la gente que es muy cariñosa, muy afectuosa y me da hasta sentimiento pues, porque están muy contentos, muy contentos”. ADIÓS.- Por no haber obtenido el mínimo requerido de tres % de la votación total en la elección del 1 de julio, los partidos Encuentro Social y Nueva Alianza perderán su registro y se irán de la escena política. Su liquidación estará a cargo de los interventores que designe la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral, una vez que el Tribunal Electoral la ratifique. La Constitución y el artículo 94 de la ley de partidos dicen claramente que con el tres % de la votación válida es suficiente para conservar el registro, pero el PES y el PANAL no lo lograron (el PRD se salvó por 2 puntos). El INE garantiza que ninguno de los bienes, inmuebles o dinero podrá ser retenido por algún integrante de esos partidos y que todo se reintegrará a la Federación. APRENDIENDO A VIVIR (VII) En una fiesta Él conoció a una chava como de 19 años que no bailaba bien pero se movía pegada a su cuerpo; no guapa pero que llamaba la atención, atractiva, con buena “pechonalidad” y algo de cadera que resaltaba sus curvas. Su cabello lacio y a los hombros de largo estaba peinado de raya en medio y echado el lado izquierdo hacia atrás de la oreja; vestía blusa color durazno, falda arriba de la rodilla y zapatillas de medio tacón. Su porte era un tanto cuanto formal, pero no su forma de ser, eso lo supo después. Se distinguía de entre sus amigas que tenían 15 y 17 años y vestían bien, pero de manera informal, porque su aspecto aunque jovial, denotaba seriedad. Inició una cumbia y casi de inmediato una señora de complexión gruesa, se acercó y dijo a Él, baila con mi sobrina, es un poco tímida pero le gusta bailar. Lo tomó de la mano como un niño y lo condujo hacia donde ella estaba sentada. Sí, sí. ¡Claro! No supo que más decir. Sentía la cara caliente. Lo apenó tanto la sorpresiva actitud de la señora, que satisfecha sonreía, como las risitas burlonas de los y las cábulas de sus acompañantes. Ya frente a ella, extendió la mano y le dijo ¿bailamos? No se bailar bien. No te preocupes, yo tampoco. Así aprendemos los dos. Él guardó la distancia debida de los cuerpos, pero ella poco a poco la acortó. No se juntaban, pero sí quedaron cerca el uno del otro. Eso le gustó e interesó. En efecto lo suyo no era el baila, le hacía falta ritmo, pero su perfume olía rico. Bailó otras cinco o seis piezas con ella en intervalos. ¡Oye! No está mal, fue el comentario de alguno de los cuates. Posteriormente, la mayor parte del tiempo que estuvieron en la fiesta Él lo pasé con ella, platicando más que bailando. Se enteró que estudió hasta la prepa y trabajaba en una tienda de ropa del Centro, en la calle 16 de Septiembre, y que hacía dos meses se había cambiado de casa con su mamá y dos hermanas más chicas que ella, a dos calles de donde viven sus tíos –los de la fiesta-, y no conocía a nadie. Eso le dio pie para declararse su amigo y ofrecerle la amistad de las chavas y chavos de la banda. Cada fin de semana son de fiestas en las que se fuma y toma una que otra cuba. Siempre haciendo todo lo posible por pasarla bien. Creo que te va a gustar –le dijo-. ¿Quién sabe? Lo voy a intentar. Solo dos veces salió con todos. En la tercera le comentó a Él que no le gustaba salir en bola, que siempre había mucho alboroto. Preguntó si quería ir con ella a otro lado. ¿A dónde? ¿Vamos por un helado? ¡Yo lo invito! Hoy cobre en el trabajo. ¡Bueno! –Respondió Él con agrado-. Gracias a ella Él probó por primera vez una Banana Split. Entre semana la pasaba con los cuates y hubo tres sábados seguidos que prefirió verse con ella. Uno de ellos se besaron, estuvieron abrazados y ninguno dijo nada. No hubo necesidad de proponer que fueran novios. Estar con ella lo hizo cambiar de costumbre. Con los cuates se reunía ya solo un rato por la tarde-noche, hasta la hora en que ella pasaba por la esquina, de regreso del trabajo. La alcanzaba e iban caminando rumbo a su casa, pero antes de llegar buscaban en alguna calle un lugar medio oscuro, no mucho para no llamar la atención, para echar novio. Ella lo propició. El que pasara más tiempo con ella obedeció a que lo atrapó con su temperamento. Cuando se besaban o más bien tuvo que aceptar Él, cuando lo besaba, introducía su lengua en la boca y la movía de un lado a otro, la metía y la sacaba, babeaban por las comisuras de los labios; lo abrazaba y se pegaba a su cuerpo, pedía que pusiera sus manos en sus nalgas y las acariciara, y así permanecían por largo rato. Cuando movía él la mano para tocar su parte intima, lo permitía sólo un breve instante, lo mismo que sus senos. Pero luego, con movimiento ágil retiraba la mano y pedía la colocara nuevamente donde estaba. Recargados en la pared se restregaban y casi siempre terminaban sudorosos; Él, además, mojado, ella, posiblemente también. A Él le gustaba cómo lo trataba. Le enseñó mucho y aprendió pronto. Esos fueron sus primeros y buenos fajes, los cuales, en la medida de lo posible y hasta donde le era permitido, replicaba en sus posteriores relaciones. Todo iba bien, según Él-. Se creía un galán y se sentía muy “picudo”. El desencanto llegó cuando ¡oh! triste realidad, ella pasó frente al lugar donde se encontraba con sus amigos, acompañada de un tipo que la llevaba abrazaba por la cintura y le decía quién sabe qué cosas que la hacían reír. La llamó por su nombre. Ella lo ignoró. Le valió que la viera y sin inmutarse, siguió el camino. Indignados más que Él, sus cuates le aconsejaron vamos a partirle la jeta, no seas güey. Como la respuesta fue que no, el escarnio de los amigos cayó sobre él. Después de esa noche tuvo que soportar burlas y cuchicheos tanto de conocidas y conocidos, como de personas con las que no llevaba amistad. Se aguantó. No sin pena, pues fue puesto en ridículo. Al cabo de unas semanas, del incidente ya no se habló, aunque quedó para el comentario chingativo. Por otra parte, como los integrantes de la tropa fumaban, Él se hizo aficionado al cigarro, como también tomaban, le tomó el gusto a la cerveza, al ron y el brandy, Al principio, los tres que eran más chavos se daban las tres rolando un cigarro, luego le siguieron con dos y más adelante ya era uno para cada quien. Igual pasó con la bebida, pero para esto ya eran cuatro. Una cuba o cerveza la compartían todos, luego fue una por pareja hasta que decidieron que cada quien tomara la suya. Y aplicaban el dicho de que “una no es ninguna, dos es la mitad de una y tres es una, y como una no es ninguna, volvemos a empezar”. Los cuates de mayor edad gustaban de jugar baraja y los chavos siempre los seguían a la casa propuesta para ello. Ahí se escuchaba música tropical, boleros y las rancheras de Javier Solís; bebían y fumaban, y casi siempre, por estar metido en el cotorreo Él perdía la noción del tiempo. Salía corriendo a las 12 o 12 y media de la noche, cuando, ya había pasado la hora del permiso. En un principio la costumbre de fumar y beber era en fiestas, luego se amplió a las sesiones de juego y llegó, incluso, en la vía pública. De manera disque discreta lo hacían cuando algún viernes o sábado no había tocada ni cita con una novia. Su vida le parecía chingona, muy distinta a la de sus compañeros de secundaria. Nada de lo que le pasaba era planeado, acontecía casi de manera natural, aunque algunas ocasiones si las propiciaba. Como en la escuela, que le gustaba buscar a alguna de las chicas que le gustaban para platicar, la apartaba de sus amigas y le pedía que se sentaran en una de las jardineras o bancas. Buscaba las alejadas y solitarias con la intención de no ser interrumpidos por quienes jugaban. Les preguntaba sobre las nuevas canciones que tocaban en el radio; ya escuchaste esta o aquella. “El silencio es oro”, es muy cursi, igual que “Gotas de lluvia sobre mi cabeza”, pero son muy buenas. Esa otra que habla de los amigos que se gustan, es muy fresa ¿No la has escuchado? Casi siempre llevaba la voz cantante, le gustaba ser escuchado, tener su atención aunque fueran bobadas las que dijera; movía las manos, hacía gestos, reía y las hacía reír; buscaba impresionarlas; le interesaba que se interesaran en él para que en el momento que dijera me gustas y quiero que sean mi novia, la respuesta fuera el sí esperado. En muchas ocasiones resultó, fue fácil, pero en otras, antes de la negativa le echaban en cara que no toma en serio a las muchachas que son sus novias, que nada más quiere pasar el rato, que lo que busca es presumir de galán, que quiere dar celos a fulana, que si ya cortó con zutana, que si hizo alguna apuesta con sus amigos. Además, lo acusaban de faltarles al respeto y de que no únicamente se conformaba con darles besos y abrazarlas, sino que quería otras cosas. En resumen, había muchos no que a fuerza de insistencia eran corregidos. Esto le daba confianza, lo hacía sentir seguro, pero también, a la vez, lo conducía a comportarse como un patán. También lo hacía creer fantasiosamente que podía ligar con quien quisiera sin tener que destacar en aspectos importantes y sobresalientes como ser un buen estudiante, un compañero decente, una persona con distracciones acordes a la edad. Dentro de la escuela y fuera de ella tenía fama y, aunque no le satisfacía aceptarlo, no de las mejores. No obstante, ello no le preocupaba. Continuó con un comportamiento vale madre, burlándose de lo bobos que eran las chavas y chavos de su edad, imitando los vicios y formas antisociales de los mayores con que se juntaba, desoyendo los consejos de personas respetables y responsables, adulando a los promotores de la desobediencia. Las vivencias que hasta entonces había acumulado lo satisfacían aun cuando a ciencia cierta ignoraba su importancia, si resultarían en influencias positivas o negativas, y la forma en que impactarían su futura forma de vida. Estaba como enceguecido, alucinado, por no decir apendejado. A su corta edad, navegando en el mar de la ignorancia, Él vivía lo que corresponde a un adulto con sus vicios, el sexo, el tabaco, el alcohol, y tenía la fama de un malandrín; era irreverente ante la autoridad de sus padres y mostraba una carencia de respeto por los valores morales. El problema era que no se daba cuenta de lo que acontecía a su alrededor o, lo más seguro, que no quería aceptar los errores que hasta entonces había cometido. Sin embargo, hubo cuatro hechos o experiencias de vida que lo marcaron como consecuencia de su irresponsable, loca y desenfrenada existencia, que de manera abrupta aparecen en sus recuerdos. No logró quitárselos de encima y por eso es seguro que forman parte de su aprendizaje de vida. Cuando perdió la virginidad. Antes de ello su mayor experiencia sexual era masturbarse viendo en las revistas mujeres desnudas o después de haber leído literatura barata sobre las vivencias de las prostitutas que aparecen como personajes en “Memorias de una pulga”. Pasar del acto autocomplaciente envuelto de fantasías al gozo de estar con una mujer y usar su sexo y el de él como instrumentos de placer físico, le fue algo extraordinario. Sentir su calor, su humedad y escuchar sus gemidos. Lo anterior lo llevó a concluir que no hay nada mejor en la vida que el sexo. Otro, la primera vez que sintió rabia. El encabronamiento y la vergüenza mesclados a causa de la mala jugada de la novia que se lo fajaba y que se placeó con un galán frente a él y sus amigos. Él se decía que no era por celos ya que el atractivo de la relación era sexual y no sentimental. Creía más bien que fue por las burlas de que fue objeto, por los comentarios hirientes y chingativos de amigos y enemigos, por la preocupación del deterioro y descrédito de su imagen, por la vergüenza de haber quedado en ridículo y ser expuesto como un cornudo. Uno más, el enamoramiento. Hasta antes de que ocurriera, desconocía las sensaciones que provocan la presencia de una mujer por la cual se siente una sana atracción –no sexual-, la alegría de verla, de escuchar su voz y su sonrisa; de extrañarla, de tenerla presente al escuchar una canción, de sentir celos e imaginarla en sus brazos y besarla. Eso le pasó con una de las prefectas de la secundaria. Chaparrita, morena clara y cabello a media espalda. Tendría 19, 20 años y su carácter era agradable, nada renuente a las pláticas y aficionada a la música y el baile. Con ella tuvo trato dentro y fuera de la escuela. Varias ocasiones la acompañó a la parada del camión y caminaban platicando en compañía de su hermano que había ingresado al primer año. En una excursión que organizó un maestro a los Dinamos -a la que fue con una de sus hermanas y una secretaría, que valga decir, le gustaba a su amigo Linares-, se separaron los cinco del resto del grupo e hicieron una larga caminata por una zona de pequeñas barrancas que permitía ofrecerles la mano para ayudarlas a subir y tomarlas de la cintura para bajar; él buscaba la de ella. Y, en uno de los bailes escolares por el fin de año, la sacó a bailar y como en un principio no se acoplaban, reían al unísono; ahí conoció a otra de sus hermanas, la más chica, por la que meses antes de que cumpliera 15 años, fue invitado por sus dotes de bailarín a ser uno de sus chambelanes, lo que propició que tres veces a la semana hiciera acto de presencia en su casa. La sentía cerca, era un soñador, un iluso que confundió lo que sería amistad con algo más. Fue su amor platónico. Ella le despertó un sentimiento jamás experimentado, enajenante, perturbador y doloroso, que con el paso del tiempo supo era lo que se llama enamoramiento. Es decir, un momento de pendejismo de tiempo indefinido que, no obstante, aún dura en su pensamiento. Se enamoró de la chica equivocada, por la cual aún suspira. Por último, las lamentaciones. Los problemas que causó a sus padres –no obstante que ellos fueron las personas más importantes y queridas de su vida- a causa de los vicios aprendidos y su comportamiento errático. Todo se conjuntó para que se convirtiera en un irrespetuoso, irresponsable y mal agradecido. Como hijo de familia nunca le falto lo necesario para llevar una vida digna: cariño, un techo, alimento, vestido y dinero cada semana. Pero eso no lo valoró como tenía que ser a pesar del esfuerzo de su padre por el trabajo y de su madre por atenderlos a él y sus hermanas y hermanos. No correspondió, no atendió como tenía que ser sus obligaciones. Daba más importancia a la relación con los amigos, a las fiestas, a las escapadas con las chavas jaladoras en noches envueltas en humo de cigarro y sabor a cerveza o alcohol, y a la posibilidad de fajes húmedos, que a la exigencia de su padre de llegar los sábados a las 11 de la noche, a más tardar, o a la convivencia familiar por mayor tiempo. Sus llegadas en la madrugada -a veces medio borracho- causaban malestar y enojo, y como consecuencia regaños y hasta cuerazos, y provocaban discusiones entre sus padres, porque su madre siempre sacaba la cara por él.
Después de dos derrotas: 2006 ante Felipe Calderón (que por una mínima diferencia de votos sembró la duda del fraude) y en 2012 ante Enrique Peña Nieto (por amplio margen), el ganador de la contienda política del 1 de julio se dedicó a acusar a ambos gobiernos de corruptos e impunes, a decirle a la gente lo que ésta quería oír, que las condiciones de pobreza, los bajos salarios, el desempleo, el encarecimiento de los alimentos, el gas, la electricidad y los combustibles, el atraso en infraestructura, la violencia e inseguridad, la falta de vivienda, de servicios públicos, de atención médica y la mala calidad de la educación, entre otras muchas calamidades, se debe a la ineficiencia y corrupción de los gobernantes emanados del PRIAN. El ahora presidente electo aprovechó el hartazgo de la gente para erigirse como el salvador de la Nación, la opción de cambio y crearse la imagen de un político impoluto y honrado cuya ascensión al gobierno será suficiente, afirma, para acabar con la corrupción. Y el resultado de su terquedad y la repetición de sus arengas y acusaciones contra Calderón y Peña Nieto, le valieron para lograr su objetivo de llegar al poder. Para entender al López Obrador político y líder de un movimiento que aglutinó a panistas, perredistas y priistas, va la descripción que Ricardo Monreal hizo en Milenio Diario (8-5-218): AMLO es el efecto no la causa, el reflejo no la fuente, el tronco no la raíz, del odio, la ira y la rabia social que recorren el país, desde Tijuana hasta Tapachula… El papel de AMLO en este momento es únicamente ser el guía, ser el faro para que la ola de odio, ira, rabia, hartazgo y castigo que recorre el país por la inseguridad, la corrupción, el desempleo, el empleo mal pagado y otros tantos agravios y frustraciones se traduzca en votos no en balas, y ese tsunami de indignación llegue a buen puerto el próximo 1 de julio, en forma pacífica, alegre y civilizada… AMLO es un dirigente “antisistema” que juega con las reglas del sistema (lleva 12 años bregando en plazas, parques y carreteras del país, sin un vidrio roto y ajustándose a legislaciones electorales cada vez más restrictivas)... AMLO y Morena son la némesis del sistema, no su necrosis.
RESPONSABLES.- Con una derrota tan contundente lo menos que podían hacer (como lo hicieron) Ricardo Anaya y José Antonio Meade, candidatos presidenciales por las coaliciones Por México al Frente y Todos por México (segundo y tercer lugar en la votación), era reconocer el triunfo de Andrés Manuel López Obrador con más del 53% de los sufragios emitidos el pasado 1 de julio. El primero en hacerlo fue el candidato ciudadano del PRI-PVEM-Nueva Alianza y posteriormente el del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, con lo que desecharon el riesgo de posibles conflictos derivados de una contienda cerrada. A los candidatos perdedores hay que reconocerles la madurez y responsabilidad con que actuaron porque ello permitió dar certeza y confianza a la elección, cuyo proceso estuvo marcado durante las precampañas y campañas por la confrontación y las descalificaciones que auguraban tormenta política. EFECTO.- En su segunda participación en una contienda electoral –la primera fue en 2015 para renovar jefes delegacionales y diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en la que se quedó con 5 y 20 cargos, respectivamente- Morena –¿movimiento o partido?- repuntó y se ha colocado como la primera fuerza política del país al ganar la presidencia de la República, la posible mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores, 4 gubernaturas de las 8 que se disputaron, más la Ciudad de México y 11 de las 16 delegaciones que la conforman. Lo anterior fue posible, hay que decirlo con claridad, como resultado del efecto López Obrador, pues de no haber sido por él, muchos de los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia seguramente no hubieran ganado la elección dada su mala reputación. AUSENTES.- Llamó la atención que en el primer y segundo discursos que dio Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial electo en el hotel Hilton y el Zócalo de la Ciudad de México, los grandes ausentes en el estrado fueron los dirigentes de su partido-movimiento Morena (Yeidckol Polevnsky), del Partido del Trabajo (Alberto Anaya) y del Partido Encuentro Social (Erik Flores Cervantes) que formaron la coalición Juntos Haremos Historia. En su lugar aparecieron su esposa Beatriz Gutiérrez Müller (en primer plano junto a él en ambos lugares) y sus hijos José Ramón , Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán (en segundo plano en el primer evento), y ellos mismos más Jesús Ernesto López Gutiérrez (en el mismo plano durante el segundo). Por tanto, no hubo alzada tripartidista de manos del presidente electo para la foto. |
Categories
All
Rafael CienfuegosRafael Cienfuegos Calderón cursó la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y se inició como reportero en 1978. Se ha desempeñado como tal en el periodismo escrito, principalmente, y ha incursionado en medios electrónicos (Canal Once Tv) y en noticieros de radio como colaborador. Archives
September 2024
|