APRENDIENDO A VIVIR (VIII) Cuando concluyó sus meditaciones sobre las experiencias y aprendizajes de los primeros 18 años de existencia, y lo positivo y negativo que para bien o mal aprendió de ellas, se sintió tranquilo, sin remordimientos ni quebrantos ni sentimientos de culpa, pero sí lamentó la negatividad de su comportamiento, el daño causado a personas queridas y no queridas, la vaguedad en que transitó, el ir sin rumbo y sin respetar las normas creyendo que eso era lo más conveniente para vivir la vida, gozarla, sacarle el mayor provecho y aprender de ella; se sintió satisfecho, por haber conocido a tan corta edad cosas que en tiempo normal hubieran tardado por lo menos cinco años, y por haber aprendido que cuando se quiere y desea algo hay que buscarlo, perseguirlo y conseguirlo con el esfuerzo propio, ya que nada se obtiene fácilmente o porque lo provean otras personas; se sintió resentido consigo mismo, por no abrir sus sentimientos y mostrar a sus seres queridos el amor que por ellos sentía. Externar a Marco lo que fue lo más importante de su vida y lo que aprendió en la juventud y la adolescencia, y haberlo plasmado por escrito, fue una catarsis, un ejercicio mental que lo hizo retroceder años de existencia y darse cuenta de que en su mente están presentes un cúmulo de recuerdos que espera nunca se borren. También lo hizo externar con melancolía la frase que suena a eslogan pero que es muy cierta, y que reza: “recordar es vivir”. De una u otra formas fue reconfortante sacar algo que sólo guardaba para él, no obstante estar consciente de que Marco pudiera pensar que es un mentiroso, que todo lo inventó porque hay cosas que aunque reales parecen inverosímiles. Pero eso no le importó ni preocupó porque estaba cierto de que lo vivió y aprendió, y de que hubo personas de carne y hueso que participaron directa e indirectamente, les haya gustado o no, y les haya causado, incluso, algún trauma, o a las que simplemente provocó malestar y lo consideraron una mala persona. Él quiso que se supiera esa parte de su vida, entre el tránsito de la niñez a la juventud y de ésta a la adolescencia. Que sus familiares y las personas con que se relacionó expongan su punto de vista sobre los relatos expuestos, que cuestionen, que critiquen y que califiquen. Si lo acusan de inmoral, gandaya, mala onda y cabrón está bien, porque no hay justificación; empero lo que no estaba dispuesta a aceptar es que lo consideraran mala madre, como Marco. Que evalúen de acuerdo a sus experiencias y aprendizajes de vida, si hay credibilidad en las historias o si de plano creen que son producto de su imaginación, y si son detestables e incalificables. Así es como Él quisiera que lo analizaran, lo más imparcialmente posible, sin prejuicios ni actitudes moralinas, sin adoptar criterios religiosos ni dogmas. Con mente abierta y actitud realista. Que los hombres expongan su punto de vista sobre a qué edad creen que es posible sentir atracción por el sexo opuesto, y que las mujeres hablen de la edad en que sintieron cosquillas en su parte íntima. Esto a Él le parecía una discusión normal e interesante, más que nada porque reafirmaría o desecharía el prejuicio que hay respecto a que si no es con amor el acto o la relación sexual no tiene valor ni importancia ni razón de ser, no es puro, no es digno entre las parejas y mucho menos motivo de unión. Pero entonces ¿qué hay con la relación que deriva de la simple atracción física -producto de la mente- en el que no interviene el sentimiento –la sensación de mariposas revoloteando en el cuerpo por la emoción que envuelve al corazón-? ¿Es importante o no como aprendizaje en la vida de hombres y mujeres? ¿Es anormal e inaceptable porque va en contra de las directrices que dictan la religión y la sociedad? ¿Acaso es el amor el conducto para la moralización del acto sexual? o ¿Son acaso los sentimientos los que determinan la felicidad y la satisfacción que producen un orgasmo y una eyaculación? Él es de las personas que le dan tanta importancia a la relación sexual como al amor que deriva de una relación sentimental, pero sin embargo, disocia una cosa de la otra ya que el coito lo considera algo meramente físico que se puede llevar a cabo en cualquier momento, sin tabúes, sin compromiso y sin que haya necesidad de contestar al terminar la inevitable pregunta de ¿me quieres? Por lo que hace al amor -en su opinión- es un sentimiento complejo, un asunto del corazón que no se puede explicar, empero, que aceptaba, es el motor que mueve a la humanidad. Es imprescindible, motivador, y esperanzador, pero, también, doloroso y doblegador. Ante él se es vulnerable y se queda a expensas de padecer celos, ira e infelicidad. El amor es moldeable y fácil de manipular; es interesado y caprichoso; es peligroso y de temer; por eso hay quienes prefieren no externar sus sentimientos para no convertirse en víctimas. Después del amor platónico que aconteció en su vida de estudiante de secundaria –que fue doloroso y le causó tormentos- Él hizo todo lo posible por no abrirse sentimentalmente con ninguna mujer aunque estuviera enamorado. Para evitar enfrentarse a la petición de ¡dime que me quieres! o a la pregunta de ¿cuánto me quieres? de manera normal y constante Él empleaba expresiones como “mi vida”, “cariño”, “amor”, “ya sabes que me gustas”, lo que confortaba a la mayoría y las hacía sentirse posiblemente hasta deseadas, y que recibían con agrado. Pero tuvo una novia que de plano le dijo: “a mí no me gustan esas payasadas”. Sabiéndose un romántico, necesitó y forjó un escudo para no quedar expuesto en sus relaciones. Se volvió una persona falsa e hipócrita. Aparentemente falta de sentimientos –aunque la realidad era todo lo contrario-, pero así sobrevivió a relaciones que presentía lo conducirían al “abismo” del amor, del que no saldría bien librado. Esto también significó un aprendizaje de vida que puso en práctica aún en sus relaciones más formales. Siempre y aún a la edad que ahora tiene, ha vivido con el temor a convertirse en presa de ese sentimiento porque así como se puede ser feliz, también se puede padecer infelicidad, amargura y resentimiento. ¿Quién lo va a saber? Entre otras muchas cosas Él recordó la ocasión que contó a Manuel que ya habían transcurrido más de 45 años desde que se prometió nunca más fumar marihuana. No porque considere que es cosa del demonio o una droga maldita o un peligro, más bien porque lo estigmatizo. La primera vez fui el títere de mis amigos mala onda, quienes en lugar de orientarme sobre los efectos, la forma en que me iba a sentir y lo que tenía que hacer para pasarla bien y disfrutar el eleve, se burlaron de la forma tan estúpida en que me comporte. La segunda fue peor porque los efectos se tradujeron en la parálisis de la mitad del cuerpo, no era dueño de él, no podía mover las piernas, el cerebro dejó de funcionar, no enviaba la orden para destrabarlas. ¿Por qué? No supe explicarlo, aunque estaba cierto de que ello ocurrió después de haberme dado tres toques de mota de a tres jaladas cada uno. Esos casos sí que fueron dos malos aprendizajes de vida –confesó-. Sin embargo, vivencias como esas son necesarias para aprender y entender las cosas y no aceptar como verdades lo que se dice de tal o cual. Lo mejor es experimentarlo en carne propia y tomar lo que consideremos mejor. La verdad Manuel, por ejemplo, no comprendo lo que pasa hoy en día en torno a la mariguana. Desde siempre la mariguana ha estado prohibida disque porque tiene efectos negativos en la salud al ser una droga, no obstante que es una hierba natural, que porque cada vez es mayor la adicción entre los jóvenes y que porque a ella se deben accidentes mortales, y que porque motiva violencia y delincuencia. Mentiras. Puras mentiras. Así es como quieren inhibir y combatir el consumo, cuando, ante el hecho de que esto no ocurre, lo que deberían hacer las autoridades es iniciar campañas masivas de información respecto de lo que es la cannabis, sobre sus efectos y lo que puede ocasionar en el organismo si se abusa, para que los primo fumadores puedan reconocer la marihuana de calidad de la basura que se expende revuelta con hierbas diferentes, sobre las inconveniencias de combinarla con bebidas embriagantes y otros alucinógenos, sobre la diferencia que tiene con la heroína, la cocaína, los ácidos, las tachas, los cristales y demás productos químicos de alta toxicidad y otras cosas más que si son causantes de muertes. Eso –en mi opinión- además de didáctico, constituiría un plus en el aprendizaje de la gente. Sí sabes, que a causa del consumo de mariguana no hay personas que mueran, como sí ocurre con los alcohólicos, los fumadores de tabaco, los cocainómanos y los adictos a las drogas duras. El mayor número de accidentes automovilísticos mortales están relacionados con el alcohol y más recientemente con las selfies. La mariguana no produce reacciones violentas en los consumidores, por el contrario, los aplatana y apacigua, el alcohol, en cambio, primero acelera y luego produce el bajón, en tanto que las drogas sintéticas cuyos efectos más comunes, dicen, suelen ser cambios conductuales y emocionales, como experimentación de euforia, elevación de autoestima y desinhibición elevada. Aunque también, pueden originar confusión, ansiedad, agresividad, depresión e incluso ideas suicidas. Refirió Él que desde que se acuerda, la policía de a pie y los judiciales siempre han perseguido, extorsionado y explotado a los portadores de mota, lo que no ocurre con los adictos al alcohol porque el consumo de éste no tiene restricciones y su venta es libre en vinaterías, centros comerciales, cantinas, bares y restaurantes. O sea, es un producto adictivo no prohibido, lo mismo que el tabaco. Estoy de acuerdo –mencionó Manuel-. Pero la ley es la ley. Ante ella qué puedes hacer –preguntó a Él-. Pues aun así, con restricción, prohibición y penalización legal, la marihuana no se deja de consumir. Mira Manuel, el que quiere darse un toque se lo da y ya. El problema es conseguir la hierba, pues si a alguien lo cachan en una transacción de compra-venta, hay cárcel para el que dio y el que recibió, aunque sea un churro, y si resulta que portas más de los cinco gramos, que es lo permitido, te acusan de narcomenudista, así alegues que es para autoconsumo. Que jodida situación, no crees Manuel. Mira –mostró Él- estos reportes que han sido ampliamente publicados y difundidos precisan que las medidas aplicadas por las autoridades para combatir los delitos de droga son un fracaso, porque el mayor número de personas recluidas acusadas por portación de drogas, es principalmente por mariguana. El 41 por ciento de los presos federales acusados por delitos de drogas fue detenido por portar producto con un precio ínfimo y lo que es el colmo, el consumo de marihuana y otras drogas prohibidas no se persigue judicialmente, pero la posesión sí. El desacreditado presidente, hasta entre los que votaron por él, en un acto de iluminación propuso a los senadores que legislen para permitir a los consumidores de mariguana portar hasta 28 gramos y no cinco como está autorizado hasta ahora, pero contradictoriamente nada dijo sobre la legalización de la producción, venta y portación, que es donde radica el problema. Para tener esos 28 gramos de hierba hay que comprarlos en el mercado negro porque es ilegal, lo que te lleva a cometer un delito que es similar al que incurre un narcomenudista. Por tanto, si te cachan en la operación, te detienen y remiten al reclusorio. En mi opinión, si el pinche gobierno quiere combatir y acabar con las bandas dedicadas al narcomenudeo, lo que tiene que hacer, como está ocurriendo en Estados Unidos y otros países de Europa y Latinoamérica, es legalizar el consumo de marihuana con fines lúdicos y permitir a particulares la siembra y venta bajo la supervisión de una instancia tripartita, oficial, privada y de la sociedad, para que haya control en los volúmenes de producción y el precio al consumidor, pero que no salgan con pendejadas de que se permita portar hasta 28 gramos y que se mantenga judicializada la compra-venta. Han de pensar que si ocurre la legalización hoy o mañana, todos nos vamos a volver marihuanos. Hay millones que como yo –argumentó Él- probamos la mota una o dos o tres veces y no nos convertimos en adictos. Fue por curiosidad, por saber qué pasa al fumarla y experimentar los efectos que produce una planta natural que por alterar los sentidos se ha satanizado y compara con el sin número de drogas sintéticas. Cuando se es joven lo que es prohibido es atractivo. Y mientras discuten la conveniencia o no de legalizar la marihuana y mientras hablamos esto, en el país y en el mundo hay millones de personas jóvenes, adolescentes y adultos, hombres y mujeres, que se estarán dando su primer toque, porque autorizado o no, el consumo sigue. Imagínate, si es cierto lo que se dice, que de la población de 122 millones que se calcula hay en México, el 53 por ciento son jóvenes de 18 años en adelante ávidos de conocer cosas nuevas ¿cómo los controlas y los obligas a no fumar mota? y si es cierta la cifra de que hay casi cinco millones de adictos, eso es nada comparado con el número de quienes la prueban por primera vez. Yo no he fumado marihuana –confesó Manuel- y tengo 39 años. Más de una vez estuve tentado, pero no me animé. No sé si por miedo. El caso es que siempre que mis cuates me ofrecían dije que no. Y eso que iba con ellos a las tocadas, veía como expurgaban la mota y liaban el cigarro en la sabana, y las ganas con que fumaban. Pero no descarto probarla algún día. Y eso me lo facilitaría el que en el equipo de futbol en el que participo como entrenador, hay dos compas como de 24 años que siempre traen. Además, una chava con que estuve saliendo hasta hace cuatro meses, una ocasión, en el hotel, me propuso que para la próxima vez antes de tener sexo nos diéramos un toque para saber que se siente, que tan diferente resulta de cuando tienes sexo en tus cinco sentidos o bajo el efecto de unos alcoholes. Para mí esa –añadió- sería una buena experiencia. Ponerse pachecos los dos al mismo tiempo, de una manera planeada, no que cada quien fume por su lado y luego se encuentren y tengan contacto carnal, como suele ocurrir con el alcohol, que por lo regular lo consume el hombre. -Él sugirió-. Aunque sería mejor que lo hicieran en un motel, que tiene más privacidad que un hotel. Ir preparado con una grabadora y escuchar a Donna Sumer que al cantar Love to love you baby susurra muy cachondamente, apagar la luz, fumar con calma, sin apurar los toques e intercalar besos y caricias, como preámbulo a lo demás. Que los dos vayan de menor a mayor. Eso estaría chido hacerlo, aunque en mi caso Manuel –le expuso Él- ya estoy viejo para eso, y lo más probable es que quede mal. ¿Cómo crees? Al escucharlo decir eso, Él sintió que Manuel fue condescendiente. Y ¿qué pasó con esa proposición? No se realizó. Dejamos de vernos por un tiempo. Aunque creo que hubiera sido una experiencia diferente. No sé si buena, pero sí diferente, porque no estaríamos en nuestros cinco sentidos. ¿Y qué tal si no se pone firmes, si no paraguas, Manuel? Y qué tal que si sí y hasta rinde mejor. A lo mejor llega a pasar como cuando estas crudo y tienes sexo, que duras más, como si hubieras tomado viagra. Y riéndose al tiempo que hablaba, Manuel agregó: Ten en cuenta que en el hombre lo que importa al tener sexo, no es lo grande ni lo grueso, sino el tiempo que dura tieso. Ambos se carcajearon para celebrar esas sabias palabras.
0 Comments
Leave a Reply. |
Categories
All
Rafael CienfuegosRafael Cienfuegos Calderón cursó la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y se inició como reportero en 1978. Se ha desempeñado como tal en el periodismo escrito, principalmente, y ha incursionado en medios electrónicos (Canal Once Tv) y en noticieros de radio como colaborador. Archives
September 2024
|