ATISBOS

Honestidad y moralidad no se transmiten por osmosis
Rafael Cienfuegos Calderón

¿SERÁ? - El Presidente Andrés Manuel López Obrador dice ser una persona honorable, decente y con calidad moral, transparente e incorruptible. Hasta ahora no hay motivo para dudarlo o indicio que revele lo contrario. Sin embargo, en cuanto a que todo lo que diga y afirme sea cierto y creíble hay dudas porque en general no aporta pruebas que les de soporte. Aun así sus palabras son bien recibidas entre quienes en alto porcentaje aceptan y bien califican sus acciones de gobierno y sostienen su popularidad.

Por eso en 61% de los ciudadanos encuestados por Transparencia Internacional para elaborar el Barómetro Global de Corrupción 2019 hay la percepción de que la lucha contra la corrupción va entre bien y muy bien. La suspicacia aparece cuando afirma que todos los mexicanos están felices, felices con su gobierno, que por el combate a la corrupción hay un ahorro de 500 mil millones de pesos que parece imaginario porque no informa dónde están ni quién los tiene, cuando afirma tener otros datos, que la economía va muy bien aunque no crezca o que mejora la seguridad pese a que diario hay asesinatos. Se entiende que al cancelarse lujos y reducir los salarios de la alta burocracia el gasto del gobierno disminuyó, pero no que por el solo hecho de impedir el mal uso de los recursos públicos haya en automático un ahorro. Y aunque no hay fórmula que demuestre si ha bajado la corrupción, dice que su combate es la principal fuente de ingresos del Proyecto Económico 2020. En Chignahuapan, Puebla, expresó que si no hay corrupción, el presupuesto alcanza y no hay necesidad de aumentar impuestos, crear nuevos ni de endeudar al país. Por ello, los miles de millones ahorrados permitirán fortalecer los programas sociales para garantizar el bienestar de la población más necesitada e impulsar el desarrollo del país, en tanto que con la economía moral que diseña para implementarla en los próximos cinco años en sustitución del neoliberalismo,  se va a tener más dinero. Si el presidente es corrupto, todos los gobernantes son corruptos; si el presidente es honesto, los gobernadores y los presidentes municipales “van a tener que ser honestos”, afirmó en San Carlos, Tamaulipas. Recordó que Fox dejó una deuda de un billón 700 mil millones de pesos; Calderón la aumentó a cinco billones 200 mil millones; y con Peña llegó a 10 billones. La corrupción se acabó arriba. Nada de componendas, nada de asociaciones delictuosas, “tenemos que actuar todos con rectitud, poner por delante la honestidad como forma de vida y como forma de gobierno”. Al Presidente le asiste la razón cuando afirma que “hay que tener autoridad moral para poder tener autoridad política”, pero ni la honestidad ni la moralidad se transmiten por osmosis. Afirmar que porque él  tiene esos principios los políticos, los gobernantes y los funcionarios van a ser impolutos es dudoso  e increíble.
RIESGO.- El programa de Prepa en Línea-SEP creado para jóvenes de escasos recursos podría cancelarse por falta de presupuesto. Para 2020 le asignaron 6.6 millones de pesos cuando requiere para operar 439 millones. Además,  la Secretaría de Hacienda no ha transferido a la de Educación Pública los recursos para cubrir salarios del último trimestre de 2019 a dos mil 800 tutores y facilitadores. El futuro de 150 mil estudiantes de esa modalidad educativa está en riesgo, ya que sin presupuesto el programa entrará en proceso de desaparición. 
AMENAZA.- Sanjuana Martínez, directora de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) está despidiendo a los reporteros que se niegan a formar parte del grupo de incondicionales mediante el cual pretende encausar la estrategia informativa de la Cuarta Transformación. Bajo amenaza les exige renunciar al sindicato y que acepten las nuevas condiciones de trabajo, si no acceden hay presiones que están llegando al despido injustificado. No obstante las denuncias, el Presidente la defiende y califica de extraordinaria periodista y gran servidora pública.
DESENCANTO.- Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral expuso en la UNAM que pobreza, desigualdad, corrupción, impunidad, inseguridad y violencia son grandes males, que junto con las promesas incumplidas de los gobiernos le están cobrando la factura a la democracia. A esto se debe que en muchos países la democracia pasa por momentos difíciles. “Presenciamos los efectos de una paulatina, pero constante desafección con la democracia, sus prácticas y sus instituciones, así como del desprestigio de partidos y políticos, y de la pérdida de credibilidad en instituciones de gobierno y parlamentos”.