Cuantos favores necesita Meade Rafael Cienfuegos Calderón COMPONENDAS.- No pertenecer a partido político alguno le sirve a José Antonio Meade para aparecer ante el electorado como un candidato a la Presidencia de la República sin ataduras. Ser nominado por el PRI no lo obliga a afiliarse y por tanto continuará como ciudadano sin partido, distintivo que aunque los estrategas de su equipo aprovecharán en la precampaña y campaña es posible que entre los votantes motive desconfianza porque puede ser alguien que públicamente aparente interés por gobernar a favor de la gente para que tenga comida en la mesa, seguridad en las calles, salud y educación de calidad, y que en privado se vea obligado a prometer impunidad y canonjías a los políticos que lo impulsen para que tenga presencia regional y nacional, sea competitivo y gane en 2018. A la dirigencia de obreros, campesinos y organizaciones populares pidió apoyo y éstos se comprometieron a dárselo, empero, Meade debe saberlo, no son ellos ni los diputados ni los senadores ni los empresarios los que mueven los votos, pues ese control lo tienen los liderazgos regionales encabezados por políticos tradicionales y los gobernantes estatales y municipales. Le es imprescindible el respaldo de quienes tienen el acercamiento y el convencimiento de las bases para, como quiere, configurar una candidatura fuerte. Como cualquier votante Meade sufrago por el PAN y el PRI, a favor de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto –con ambos fue secretario de Estado-, empero como candidato presidencial del PRI, si gana la contienda a Andrés Manuel López Obrador y a Ricardo Anaya, tendrá una enorme deuda con los políticos de ese partido y una forma de pagarla es con protección. ¿Acaso se podrá librar de asumir compromisos y de pagar el proselitismo a su favor y el aporte de dinero a su campaña? ¿Acaso a gobernadores que como Javier Duarte (Veracruz); Roberto Sandoval (Nayarit); Roberto Borge, (Quintana Roo); y César Duarte (Chihuahua), cometan actos de corrupción los dejaría sin protección, porque ya prometió combatirla. Por el momento a Meade no se le señala como servidor público deshonesto, tampoco se le acusa de enriquecerse a costa del erario, ni lo involucran en escándalo alguno –ya se verá cuando inicie la guerra sucia-, lo que habla bien de él. Su problema son los políticos que conforman al PRI -porque ante el electorado personifican la corrupción- y que habidos de poder se le acercan y le ofrecen apoyo incondicional. Meade es un candidato a la presidencia sin afiliación ni militancia que para aparecer en las boletas electorales necesita del PRI, lo mismo que el PRI necesita de él para hacer creer a la ciudadanía que contiende con alguien que no está ligado a su desprestigio. Y aunque no le resulte ni cómodo ni honesto ni ético tener que hacer componendas con los priístas, a Meade no le quedará de otra. Si llega a Los Pinos será por ellos, y no por méritos políticos propios. CANTADITO.- Quedó evidenciado lo que desde un principio se pensó y especuló sobre la conformación del Frente Ciudadano por México por parte del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano –hoy rebautizado como Por México al Frente- que se trataba de una alianza meramente electoral desprovista de interés por hacer avanzar la endeble democracia que se vive en México, en la que se hizo el compromiso de darle la candidatura presidencial a Ricardo Anaya, la de la Ciudad de México a Alejandra Barrales y una de senador a Dante delgado. A final de cuentas no hubo nada nuevo, estaba toda ya cantadito, salvo, que perredistas y moviciudadanos hayan aceptado que Anaya tenga el control de la alianza en el manejo de los spots y los recursos económicos que recibirá del Instituto Nacional Electoral. CRÉDULO.- ¿Realmente creerá Andrés Manuel López Obrador que los capos del crimen organizado dejarían el jugoso negocio de la producción y distribución de drogas, la extorsión, el secuestro, la trata de personas y hasta el robo de combustible para recibir la amnistía que dice les ofrecerá si gana la presidencia, y que a la vez sean perdonados por los familiares de sus víctimas, o que por exigirle a Donal Trump que intensifique acciones de su gobierno para frenar el consumo de drogas éste lo va a hacer? Si es así, es muy inocente. Y si lo de la amnistía fue “la expresión de una intensión personal de realización incierta” según apreciación de Ricardo Monreal, ésta caló en la opinión pública como una de las tantas mentiras que López Obrador vende como verdades. CONTINUA.- Al ser eliminado de la contienda por la candidatura a la Presidencia de la República Miguel Ángel Mancera prefiere continuar al frente del Gobierno de la Ciudad de México, que aceptar las propuestas de Dante Delgado y Alejandra Barrales para ser nominado a la Cámara de Senadores y ocupar la coordinación de la campaña de Por México al Frente. Mancera seguirá encabezando las tareas de reconstrucción, como responsable del restablecimiento de la misma hasta verificar que se haya recuperado de sus heridas. Anunció que, a la vez, será un defensor del Frente a pesar de que, lamentó, el PRD no haya pedido un método abierto para la selección del candidato presidencial.
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Rafael CienfuegosRafael Cienfuegos Calderón cursó la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y se inició como reportero en 1978. Se ha desempeñado como tal en el periodismo escrito, principalmente, y ha incursionado en medios electrónicos (Canal Once Tv) y en noticieros de radio como colaborador. Archives
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